«Emprendiendo unas veces se gana y otras se aprende»
MI EXPERIENCIA
Nací en Valencia en 1966 y sigo viviendo aquí, la mar de a gusto. Estudié en el colegio de los Hermanos Maristas. Me licencié en Empresariales en la Facultad de mi ciudad, entre el 84-89. Recién licenciado, trabajé un año en Caja Rural Valencia para pagarme el MBA que realicé en el IE (Instituto de Empresa) en Madrid en el año 1991. Recién acabado el máster, me incorporé como Director de la delegación de la compañía de leasing de Caja Postal, ARFI. Varios cambios y fusiones hasta llegar a Argentaria, me llevaron por distintos puestos de responsabilidad a, cada cual más aburrido. Así que en 1996, decidí abandonar aquel triste mundo y lanzarme a la aventura empresarial. No fue una idea excepcional, pues inicié mi trayectoria a través de una franquicia en la que apenas duré un año y medio. Cansado de ver que las cosas se podían hacer de mejor manera, en agosto del 98 creé la marca ACTIVA RECURSOS HUMANOS y tras duras jornadas de trabajo de 16 horas, innumerables acciones de marketing de guerrilla y, sobre todo y ante todo, un equipo extraordinario de personas, conseguí:
- Una curva de ventas como nunca he visto hasta la fecha, simplemente porque se trata de una recta que nunca tuvo un retroceso.
- Una victoria tras otra a todas las multinacionales del sector.
- Conseguir ser el referente de RRHH.
- Alcanzar una pasión desbocada por “el más y mejor” que más tarde fue “lo mejor siempre está por venir”.
- Ganar el Premio Emprendedor 2006
Grupo Activa, Premio Emprendedor 2006
En diciembre de 2007, el día antes de la crisis, alcanzaba los 32 millones de euros en facturación entre trabajo temporal, outsourcing y selección, con cerca de 3.000 personas cedidas y casi 80 en estructura.
Listo para emprender una expansión a nivel nacional, se me cruzó un belga que, enamorado de España y de mi empresa, me hizo una oferta irresistible que me llevó a vender mi empresa.
Tras unos años de inflexión y reflexión, en 2010 decidí compartir mi experiencia de gestión con aquellas personas que tuvieran el proyecto de sus vidas escrito en un papel listo para convertirlo en empresa. Decidí convertirme en Business Angel.
Desde entonces, he escuchado a multitud de personas contándome sus ideas, he analizado en profundidad decenas de planes de negocio y he invertido en proyectos empresariales relevantes y de índole social.
Además de lo anterior, también destino mi tiempo a aconsejar a empresas de diversos sectores como Advisor, con un enfoque en la optimización de la gestión empresarial para la consecución de los mejores resultados de negocio.
POR QUÉ INVIERTO
Hoy más que nunca creo que la ejecución es más relevante en el éxito de un proyecto que la propia idea. La conjunción de los mundos «on y off line» es la ideal. Mi experiencia y mi tranquilidad para observar el bosque tras el primer árbol que todo lo tapa, puede ser un revulsivo para emprendedores que de salida cumplan las tres H, que son las tres condiciones que exijo para invertir en cualquier proyecto, idea y persona: Humildad, Honestidad y Hambre (ambición). Doy por sentado que tras una idea más o menos buena, se apoya un estudio concienzudo de las posibilidades de sacarlo adelante.
DEL BUSINESS PLAN A LA REALIDAD
Desde 2010 he invertido en varios proyectos de los cuales algunos se rigen exclusivamente por mi confianza en las personas y otros porque desde el primer día contaban además con el componente adicional de ser aspirantes a convertirse en referentes internacionales. De los primeros me reservo los datos puesto que se trata de empresas sociales con ánimo de sacar adelante situaciones complicadas, pero delos del segundo grupo, te puedes hacer una idea con la one page de cada uno que puedes ver a continuación:


Mis hobbies y mis vicios (que se puedan contar…)
“Aprendiz de todo, maestro de nada”. Me paso la vida aprendiendo nuevas habilidades porque me gusta casi todo, especialmente si tiene algo de riesgo.
Entre mis hobbies confesables, se encuentran la lectura, los amigos y la buena mesa como elementos fijos a lo largo de mi vida, si bien es cierto que gracias a la mayor disponibilidad de tiempo desde que vendí mi empresa, he podido dedicarme a otros más dispares como cabalgar, volar, navegar, pilotar, fotografiar, bucear, correr, esquiar…Para muestra algunas fotos y referencias de lo que más me gusta.













Una reflexión para que siempre te acompañe.
Ser empresario es un reto diario que, en ocasiones, puede generar una sensación de soledad y aislamiento que dificulta la toma de decisiones y el crecimiento del negocio. La llamada «soledad del empresario» es común en el mundo empresarial, sin importar si tienes una pequeña empresa o diriges una multinacional. La falta de alguien que te comprenda y apoye puede ser un obstáculo importante para alcanzar el éxito. En este artículo, te daremos algunos consejos útiles para superar la soledad del empresario y encontrar el equilibrio emocional necesario para dirigir tu negocio con éxito:
- Busca un mentor o un grupo de empresarios: Conecta con otros empresarios que estén pasando por una situación similar y comparte tus experiencias y preocupaciones. La creación de un grupo de apoyo o la búsqueda de un mentor con experiencia en tu campo de trabajo puede ser una gran ayuda para superar la soledad del empresario.
- Delega tareas: Aprende a delegar responsabilidades a los empleados o a terceros para liberar tiempo y enfocarte en las tareas importantes. A menudo, la sensación de soledad del empresario se debe a la sobrecarga de trabajo y a la falta de tiempo para conectarse con otros.
- Busca un pasatiempo: Encuentra una actividad fuera del trabajo que te permita desconectar y relacionarte con otras personas. Participar en actividades deportivas, culturales o sociales puede ser una excelente forma de reducir la sensación de soledad.
- Busca una red de apoyo: No subestimes el poder de contar con una red de apoyo en la que puedas confiar. Busca grupos de empresarios locales o en línea, asiste a eventos y conferencias donde puedas conocer a otros empresarios y crea una red de contactos en la que puedas compartir tus éxitos y desafíos. También puedes considerar contratar a un mentor o coach empresarial que pueda brindarte apoyo y orientación profesional. Recuerda, no tienes que enfrentar la soledad del empresario solo.
Ser empresario puede ser una experiencia solitaria, pero no tiene por qué serlo. Utiliza estos consejos para crear una red de apoyo y afrontar el día a día con más confianza y seguridad. Recuerda que siempre hay soluciones y que buscar ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad.